Es una paradoja que no pueda encontrar frambuesas, cuando a veces, para poder tener leche en la nevera hay que comprar la importada de larga duración porque la de producción nacional, de buena calidad, no existe en los automercados cuando la voy a buscar.
Empecé escribiendo esto con las frambuesas, y quizás pienses que cómo es posible que me queje por no conseguir frambuesas cuando hay problemas mayores, pero es que eso es solo una mínima muestra de la ausencia que sufrimos. Si no las hubiese visto y comido en algún momento de mi vida sin tener que salir de las fronteras de mi país, obviamente, no las extrañaría; no estaría en la eterna búsqueda de cosas que ya no están y que cuando llegan a aparecer, fugazmente, debes quedarte con los bolsillos vacíos si es que de verdad quieres aprovechar la oportunidad.
Esperemos que vengan tiempos mejores y que las frambuesas traigan consigo muchas otras cosas que añoramos desesperadamente.
Hay un camino...
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