Me parece increíble ver que ha pasado tanto tiempo desde la última vez que escribí en mi blog. Pero es que me he dedicado a muchas cosas y se me hizo muy difícil lograr organizar mis ideas para comenzar a escribir de nuevo. No obstante, no dejo de tener en mi mente y en mi corazón ésta página que nació en un momento, que ahora entiendo, fue el inicio de los cambios que se fraguaron en mi vida. Si bien para esa fecha me desempeñaba como abogado en ejercicio, ahora me encuentro dedicada a mi pasión, la cocina. No reniego de mi profesión, todo lo contrario, estoy muy orgullosa de lo hecho y lo conseguido a lo largo de los años, sin embargo, la necesidad de abrazarme a mis fogones fue creciendo como la masa del pan en reposo.
Cada día, desde hace ya casi 2 años, me lanzo en una aventura que disfruto muchísimo. No es fácil, creo que nada es fácil, pero a mi lado tengo a un ser maravilloso que ha recorrido conmigo, incondicionalmente, este camino que elegí. No tengo como agradecerle a Argenis por el apoyo que me ha brindado. Se que alguien pensará, bueno es el esposo, es lógico que la apoye, pero es que él vive cada reto mío como suyo y es el regalo mas hermoso que me puede dar y su presencia (física, moral, espiritual) es ese baño de chocolate tibio que suaviza el sabor de la fresa más ácida.
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