lunes, 6 de marzo de 2017

Hojas de un Diario


 Hace unos años atrás, comencé este bblog cuando atravesaba un momento en el que el ejercicio de la carrera me  y necesitaba tener algo que me hiciera sentir parte de mi casa y reflexionar sobre cuestiones que a menudo sentía que pasaban por debajo de la mesa, obviados por el corre corre del trabajo en la calle.

Creo que en algún momento redacté una nota en la cual me disculpaba (conmigo misma creo) por no haber vuelto a escribir ni una nota en el blog, pero nunca llegó a su destino. Se perdió entre tantos post que por alguna razón quedaron rezagados en mi computadora o en mi memoria

Mucha agua ha corrido hasta hoy y los que vivimos en Venezuela y muchos de los que se han ido a otros países, sabemos que hay momentos en los que la lucha contra esa corriente, no solo nos ocupa la mente sino los ánimos, el corazón y tenemos que hacer esfuerzos para no quedarnos inmersos en esas aguas, aun sabiendo cada mañana al escuchar las  noticias, que el panorama con el que arranca el día no es muy prometedor.



Por eso, si bien lo siguiente que voy a decir, trae consigo una solapada disculpa por mi ausencia y ahora por mi nueva incursión, también es la excusa y justificación para ejercitarme y liberarme de la rigidez que caracteriza la prosa de quien no tiene la disciplina del escritor y que frena muchas veces el impulso de escribir con mas frecuencia en el blog y aunque dudo que logre escribir tal cual un diario, intentaré llenar un nuevo espacio para apuntes mentales, recordatorios, chismes, cuentos de café, chistes, y cualquier detalle y pequeñas cosas que terminan siendo, sin darnos cuenta, el material que nutre las notas al margen de nuestras vidas. Experiencias chiquitas, grandes, dulces, ácidas, buenas, malas, insípidas, emocionantes, porque así como las  fresas no todas son iguales aunque estén en un mismo cesto. Chau!



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